EL DÍA A DÍA DE LOS ACAMPADOS
Tras un día de sufrimiento
escalando como koalas y bajando como cabras montañas y montañas por fin
llegamos a unas maravillosas aguas termales y baños de oro. Como en todo, hay
algo malo, nos tocó bañarnos en la piscina por turnos. A pesar de que años
anteriores habíamos ido más gente y nos habían dejado "¡alcaldía
mafia!". Además, en la excursión de mayores surgió el hit del campa. Y
para colmo nos tocó comer pan como gallinas. Tras la llegada a nuestro hogar
nos esperaba una gran fiesta, agujeros donde encestar y ricos colchones para
descansar. Bailando, haciendo el tonto, cantando, con agujetas, ampollas y todo
tipo de lesiones, disfrutamos la épica noche.
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